La importancia del diseño
¿Quién vende qué? ¿Qué hace quién? ¿Qué es quién?
Esas son algunas de las preguntas básicas que solemos hacernos cuando de pronto nos vemos envueltos en el mundo laboral; más aún si nuestros puestos de trabajo se enfocan en las relaciones comerciales, tener una imagen clara del mercado en el que navegamos nos permitirá movernos con agilidad a la hora te resolver problemas o atender necesidades lo cual abre una incógnita que a ojos de todo mundo debería ser prioritaria. ¿Cuánta similitud hay entre el cómo quiero ser visto y el cómo soy visto en base a mi estilo e imagen de marca?
Es evidente que toda empresa quiere ser diferenciada de sus propios competidores. Ana Torres, de la Escuela Superior de Diseño en Barcelona menciona que “La imagen de marca está intrínsecamente relacionada con la imagen corporativa de una empresa, y, por tanto, con la creación de la empresa que quieres tener. La imagen corporativa abarca la identidad visual, los valores, la cultura y la reputación de la organización. En una palabra, es parte del branding” (Torres, 2023).
Definitivamente contar con colores oficiales, un logo, lema y estilo visual determinado que permita a la empresa comunicar aspectos sociales como su cultura, su misión y su propuesta de valor única, es fundamental.
En Proofytec, este entendimiento no fue una revelación instantánea, sino una lección crucial aprendida en el campo de batalla comercial. Durante nuestros primeros años, el enfoque principal estaba, comprensiblemente, en la excelencia operativa, la calidad de nuestros productos y la capacidad técnica de nuestro servicio. Confiábamos en que los resultados y el "boca a boca" serían suficientes para consolidarnos. Sin embargo, el mercado es un lugar ruidoso. Nos dimos cuenta de que, a pesar de tener un servicio de primera, para muchos clientes potenciales éramos difíciles de "ubicar" mentalmente.
Estábamos navegando en ese mercado sin una brújula visual clara. Respondíamos a la pregunta "¿Qué hace quién?" con acciones, pero nos faltaba el empaque que hiciera esas acciones memorables y atribuibles solo a nosotros. La incógnita que plantea el texto inicial, sobre la similitud entre "cómo quiero ser visto" y "cómo soy visto", se volvió nuestro principal desafío. Queríamos ser vistos como profesionales, eficientes y confiables, pero nuestra imagen fragmentada no comunicaba eso con la fuerza necesaria.
Fue entonces cuando comprendimos que la imagen de marca no es un adorno, sino una herramienta estratégica de posicionamiento. Es el lenguaje visual que le dice al cliente quiénes somos antes de que hayamos intercambiado la primera palabra.
Iniciamos un proceso deliberado para alinear nuestra identidad visual con nuestros valores fundamentales. No se trataba solo de diseñar un logo atractivo, sino de crear un ecosistema visual coherente. Desde la tipografía en una cotización, los colores de nuestros uniformes, la organización de nuestros almacenes, hasta la firma en un correo electrónico; cada punto de contacto debía respirar el mismo aire de profesionalismo, orden y eficiencia que define nuestro servicio.
Este esfuerzo por unificar nuestro estilo visual cambió radicalmente nuestra posición en el mercado. Nuestros clientes y prospectos comenzaron a asociar nuestra paleta de colores y nuestro logo con la fiabilidad y la rápida respuesta que nos caracteriza. Dejamos de ser "un proveedor más" para convertirnos en "la solución de Proofytec". La imagen de marca se convirtió en el ancla de nuestra reputación, permitiéndonos ser ubicados fácil e inequívocamente.
Iniciamos un proceso deliberado para alinear nuestra identidad visual con nuestros valores fundamentales. No se trataba solo de diseñar un logo atractivo, sino de crear un ecosistema visual coherente. Desde la tipografía en una cotización, los colores de nuestros uniformes, la organización de nuestros almacenes, hasta la firma en un correo electrónico; cada punto de contacto debía respirar el mismo aire de profesionalismo, orden y eficiencia que define nuestro servicio.
En resumen, la trayectoria de Proofytec nos ha enseñado que la excelencia técnica y un servicio sobresaliente son el motor de la empresa, pero la imagen de marca es el vehículo que los entrega al mundo. Descuidar el estilo visual es permitir que el mercado defina quién eres por ti, y esa es una posición de riesgo. El desarrollo de una identidad corporativa fuerte, tal como lo define Torres, no es un gasto, sino la inversión estratégica más importante para asegurar que la calidad interna se refleje con precisión en el exterior. Nos permitió cerrar la brecha entre "quiénes éramos" y "quiénes queríamos ser" a los ojos del cliente. Hoy, nuestra marca no solo nos diferencia, sino que es una promesa visual de la eficiencia y el orden que entregamos en cada proyecto.